Calienta el agua con el resto de ingredientes en una cazuela grande unos 10 minutos a partir del momento de ebullición. Es importante tener en cuenta el tamaño del pollo a la hora de elegir la cazuela.
Introduce el pollo en el caldo y deja al fuego 2-3 minutos más.
Tapa la cazuela y retira del fuego.
Deja el cazo fuera del fuego durante una hora. El pollo se cocinará lentamente y quedará muy jugoso. Al cabo de una hora la temperatura interna del pollo deberá estar entre 60 y 65ºC.
Retira una pechuga (con sus huesos) y un muslo. Enfría el resto del pollo y reserva para otra preparación.
Corta el pollo en piezas del tamaño de un bocado.
Reserva a temperatura ambiente.
Para el arroz:
Lava el arroz: cubre con 200 ml agua, mezcla bien con la mano y cuando el agua quede lechosa, tira el agua. Repite esta operación dos veces más.
Cuela el arroz y deja escurrir al menos media hora para que se seque bien.
Cuando se haya dorado ligeramente, añade el arroz y saltea durante unos 2 minutos más.
Añade el líquido con el que se cocinó el pollo y cuece a fuego lento durante unos 15 minutos o hasta que quede tierno (revisa la etiqueta del producto).
Para la salsa:
Tritura en un mortero el jengibre, el ajo, y la guindilla, añade el zumo de lima y la salsa de soja. Reserva.
Presentación del plato:
Utiliza un bol pequeño como molde: añade el arroz presionando y monta sobre un plato.
Coloca el pollo sobre el arroz y, sobre este, unas hojas de cilantro.