Gambas al ajillo con aceite de oliva español

Hay algunas recetas de la cocina tradicional española cuya elaboración es de lo más sencilla, pero que da como resultado platos de espléndido sabor y calidad. Las clásicas gambas al ajillo es uno de ellos, una receta que está para chuparse los dedos literalmente.
Y es que la solemos asociar al moje de pan en el exquisito aceite de oliva español impregnado con el sabor del ajo y el marisco. Solo de pensarlo se nos hace la boca agua. Aquí el ingrediente estrella es, por supuesto, el inigualable aceite de oliva virgen extra producido en España, junto a unas buenas gambas de nuestras costas.

Preparación (10 minutos):

1. El secreto a la hora de degustar las mejores gambas al ajillo es que los ingredientes citados sean de calidad: unas buenas gambas frescas, ajos españoles y aceite de oliva virgen extra español. En primer lugar, pelamos las gambas para retirar las patas, las cabezas y los caparazones. Naturalmente, podemos guardar o congelar estos restos para hacer un buen caldo o fumet de marisco.
2. Añadimos 60 ml de aceite de oliva de origen español en una fuente de barro y, mientras se calienta, troceamos los ajos en rodajas finas. Los añadimos al aceite de oliva virgen extra junto con la cayena (dos o tres unidades) y dejamos que se doren teniendo cuidado de que no se quemen. Mientras tanto, podemos aprovechar para retirar el hilillo negro de las gambas.
3. Es en el momento en que los ajos están a punto y el aceite burbujea cuando sazonamos las gambas con un poco de sal y las agregamos a la fuente de barro. Transcurrido un minuto aproximadamente, les damos la vuelta a las gambas, apagamos el fuego y tapamos la cazuela con un plato.
4. De ese modo, se acaban de cocinar con el calor y el vapor concentrados, y quedan más tiernas y jugosas. Finalmente, dejamos que reposen unos cinco minutos y las servimos en la mesa, destapando la fuente en presencia de los comensales.

Por supuesto, para acompañar esta deliciosa receta de gambas al ajillo, la mejor opción es un buen pan de pueblo y una copa de vino o una cerveza fresca, según las preferencias. Y es que es un verdadero placer para el paladar mojar el pan en el aceite de oliva de nuestra tierra mientras degustamos las gambas.

Rápida y sencilla, esta es la forma tradicional de preparar las gambas al ajillo, aunque también podemos encontrar esta misma receta con gambones o langostinos. Pero en este caso se ampliarán ligeramente los tiempos de cocción. Sea como fuere, recuerda siempre servirlas en una cazuela de barro, como manda nuestra tradición.