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La cebolla caramelizada o cebolla confitada es, posiblemente, la guarnición más usada en los restaurantes españoles en los últimos años, y no sin razón. Pon en práctica esta receta de cebolla caramelizada y aprende a hacer un acompañamiento muy sabroso que marida a la perfección con carnes (como la carne mechada) tostas (como la tosta de queso fresco), verduras, quesos, etc.
Se llaman cebollas caramelizadas pero, como podrás comprobar, llevan una minúscula proporción de azúcar. Eso es porque la propia cebolla contiene azúcares que comienzan un proceso de oxidación cuando se calientan. ¡Ojo! También es posible hacer una caramelización natural sin usar azúcar: sólo tendrás que saltarte el paso número 5 de esta receta y tener en cuenta que el proceso tardará unos 15 minutos más y deberás estar muy pendiente de que las cebollas no pasen de caramelizadas a quemadas.
Para esta receta usaremos un kilo de cebollas, pero aunque quizás parezca mucho al principio, ten en cuenta que después de cocinadas y caramelizadas el peso de las cebollas se habrá reducido ¾ partes, hasta unos 250 gramos. Con lo cual, el resultado final no será tanta cantidad.
Cebolla caramelizada completada con éxito. Recuerda que a temperatura ambiente es como mejor se puede apreciar su sabor, así que, si la guardas en la nevera, sácala un rato antes de servirla. Como ves, esta receta de cebolla caramelizada es muy fácil, así que, pruébala, ¡no tienes excusa!
Pon en práctica esta receta de cebolla caramelizada y aprende a hacer un acompañamiento muy sabroso que marida a la perfección con carnes (como la carne mechada) tostas (como la tosta de queso fresco), verduras, quesos, etc.